sábado, 1 de noviembre de 2014

EL AULA SUCIA 47

Reunión del Comité del Partido de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas

de la Univseridad de Oriente. La preside su Secretaria General, Gabriela Duarte.

Están persentes todos los militantes del Departamento de Literatura: Elvira, Oscar,

Liliana, Adita, Milagros, y la doctora Reyes. Además están casi todos los militantes

del resto de los Departamentos de esa Facultad. Unico punto a discutir: la actitud

de la profesora Marnia Brauet Infante, que no se encuentra, porque no ha sido

citada.

--Yo creo que no es necesario hacer un recuento histórico de la permanencia de la

compañera Brauet en la Universidad -dice Gabriela, mirando las caras de los que le

prestan atención-, puesto que todos los aquí presentes la conocen, sobre todo sus

compañeros de Literatura. Pienso que lo que debemos tratar es la actitud asumida

por ella en la pasada asamblea extraordinaria, donde se expresó en una forma,

como todos recordarán, que de ninguna manera podemos aceptar. Ustedes deben

recordar las cosas que se atrevió a decir.

--Yo creo -habla Elvira, muy seria-, que el problema de esa compañera, si es que se

le puede llamar compañera, no es nuevo. Ella viene arrastrando serios problemas

ideológicos y muchas incomprensiones políticas desde el mismo primer día que

entró en la Universidad, sólo que a medida que ha avanzado, que ha ido cogiendo

fuerza, cogiendo confianza, y se ha ganado más o menos un lugar aquí, sobre todo

entre sus alumnos, ella se ha ido envalentonando, se ha situado por encima de la

norma, y se ha lanzado, abiertamente ya, a un enfrentamiento con el Partido y con

las normas establecidas en nuestro plantel, y eso ha ocasionado serios trastornos,

pues siempre se está señalando como una gente conflictiva, como una gente

contestataria, como si viviera fuera del control y la organización establecida aquí y

que todos aceptamos disciplinadamente.

Un minuto de silencio. Pero los militantes saben que tienen que opinar, uno por uno,

especialmente los de Literatura, y no hay excusa que se acepte para ninguna

abstención. Liliana pide la palabra.

--Yo estoy de acuerdo, compañeros, en que la actitud de Marnia no fue la mejor,

incluso creo que se le debe hacer una amonestación en el Departamento, pero me

parece que no es correcto el trato que le han dado las compañeras Gabriela y

Elvira, porque oyéndolas, parece que estuviéramos hablando de algún enemigo, y

Marnia, compañeros, no es ningún enemigo.

--Un incidental, Liliana -Elvira habla sin pedir la palabra-, aquí nadie dijo que Marnia

fuera un enemigo...

--Pero por lo que tú y Gabriela han dicho -interrumpe Liliana-, eso es lo que parece.

--Elvira tiene razón, Liliana. Ella y yo sólo nos hemos referido al comportamiento de

Marnia en la asamblea, que repito: no fue correcto, y además, su actitud está

creando una situación incómoda para nosotros, pues se está saliendo de los

parámetros establecidos para cualquier profesor en este plantel. Eso es todo. Me

gustaría oír las opiniones de sus otros compañeros.

Oscar levanta la mano.

--No, yo pienso igual, lo que le pasa a Marnia es que a pesar de las orientciones que

nosotros siempre le hemos dado, ella se empeña en colocarse, por decirlo de algún

modo, como un ente aparte, un ente independiente, fuera del colectivo, que

puede decir y hacer y emitir opiniones liberales sin guiarse por las normas y...

--Mira, Oscar -interrumpe Liliana-, no es que yo quiera asumir aquí la posición de ser

la abogada defensora de Marnia, que por otra parte, yo creo que debería estar

aquí presente -Gabriela y Elvira se miran compincheramente-, pero me parece que

ella sólo está cumpliendo con lo que ella considera su deber, independientemente

de que esté o no haciendo lo correcto, por eso cuando algún alumno le pregunta

algo, ella le responde atendiendo únicamente a su criterio, y eso...

--Eso es precisamente lo que estamos impugnando, Liliana -dice Elvira, mirándola

fijamente-, eso: que Marnia no se guía por nuestras orientaciones y dice y hace lo

que le da la gana.

Murmullos. Cigarros. Humo. Adita pide la palabra.

--Miren, compañeros: yo fui orientada por el Partido para atender a esa compañera,

para hacer un trabajo político con ella, y en todo ese tiempo les puedo decir que

ella reaccionó más o menos aceptablemente, sólo que... sólo que por cuestión de

carácter, tal vez de su personalidad, ella a veces se ha ido por la tangente, y es

verdad que es muy impetuosa, y que le gusta decir siempre lo que piensa, pero...

--¿Y decir lo que se piensa es un pecado? -prgunta Milagros, muy tranquilamente.

--Milagros, ¿tú crees que siempre puedes decir todo lo que tú piensas, sobre todo a

tus alumnos? ¿Tú crees que eso está corecto?

Gabriela se le queda mirando unos segundos. Milagros mueve la cabeza, pero

guarda silencio. Gabriela se dirige a la masa.

--Quisiera oír más opiniones.

La doctora Morell, invitada a la reunión, ya que no es militante, pide la palabra.

--Yo he ayudado mucho a Marnia. Mejor dicho, he intentado mucho ayudarla, sobre

todo últimamente. Pero ella... la verdad... no se deja ayudar demasiado. Ahora

mismo, con eso de su ausencia del tabajo...

--Pero doctora -interviene Liliana-, Marnia ha estado mala en las últimas semanas, ha

ido incluso al médico, no es que haya querido faltar por gusto...

--Sí, tienes razón, yo me refería a que no ha respondido a las llamadas que le hemos

hecho para que venga a aclarar su situación, y el caos que tenemos en Literatura

todos lo conocen.

La doctora Reyes levanta la mano.

--Me parece que se está desvirtuando esta reunión. Aquí lo que tenemos que hacer

es tomar una medida con esa compañera, y no teorizar tanto. No estamos

discutiendo sus ausencias, justificadas o no, sino su comportamiento, su actitud. Eso

es lo que tenemos que analizar y resolver.

Un silencio casi absoluto sigue a las palabras de la nueva Decana. Milagros registra

su agenda, la doctora Morell mueve los hombros, los demás asistentes cambian

miradas y comentan en susurros. Un militante de Idiomas pide la palabra.

--Aunque yo no tengo trato directo con esa compañera, pienso que se está

exagerando sobre su actitud -algunos profesores de Literatura y de Idiomas se miran

con sorna, pues se comenta que ese profesor está medio enamorado de Marnia, y

la asedia con bastante indiscreción-, pues la compañera, según tengo entendido, es

una excelente profesora que imparte sus clases muy correctamente, se lleva bien

con sus alumnos... -hace una pausa y mira a Gabriela y a Elvira-. Ahora bien, que se

expresa de esta forma y de esta otra... bueno, eso es muy discutible, y mientras no

haga nada en contra de la Revolución...

--Yo quiero aclarar -Oscar lanza una bocanada de humo que envuelve a Adita y le

hace carraspear la garganta- que como sindicato, nosotros le hemos orientado

algunas tareas y aunque con sus limitaciones, las ha cumplido. En eso yo no veo

problemas.

--Y en cuanto a la entrega de documentos -Milagros sigue hablando con toda su

calma-, mientras yo fui Decana, no tengo quejas de ella.

Silencio. Gabriela mueve sus papeles, Elvira golpea la mesa con sus dedos, los

demás esperan. Adita pide la palabra.

--Yo... mientras la estuve atendiendo, y me llevaba muy bien con ella, lo que puedo

decir es que sí, que su manera de expresarse no era la mejor. Es verdad que es un

poco liberal y que a veces habla sin pensar lo que dice, pero... -enciende un pitillo

y echa el fósforo en un cenicero de cristal repleto de colillas apestosas- en cuanto a

su trabajo no tengo ningún señalamiento que hacerle.

La doctora Reyes vuelve a levantar la mano.

--Insisto en que esas cosas no son las que se están analizando en esta reunión. La

actitud de esa compañera es la que debemos discutir -hace una pausa y se

acomoda en su silla-. Compañeros: ustedes al parecer no se dan cuenta hasta qué

punto ha llegado la profesora Brauet: ha cuestionado el sistema nacional de

enseñanza de este país, ha lanzado críticas abiertas contra la Revolución, ha

llegado a decir que es falso que seamos una potencia educacional y que nos

estamos engañando y estamos engañando a todo el mundo, y que la Universidad

lo que gradúa es un montón de mediocres que apenas se saben desempeñar

cuando son ubicados... No, si me parece que allí mismo debimos salirle al paso,

que esa es otra cuestión que deberíamos discutir en otra reunión más cerrada, no

me explico todavía cómo es que ninguno de nosotros lo hizo.

Todos guardan silencio durante unos segundos, hasta que Elvira se decide a hablar

como siempre sin pedir la palabra.

--Estoy completamente de acuerdo. Fue una debilidad nuestra, y me parece que

merecemos una fuerte crítica por eso, sobre todo los militantes del Partido, por

haber permanecido allí callados después de semejante intervención. Parecía que le

estuviéramos concediendo el visto bueno a todo lo que ella decía. Y esa actitud

nuestra contribuyó a que se envalentonara y continuara con sus intenciones, que lo

digo una vez más: no fueron nada buenas ni nada sanas.

--Sí, en definitivas Marnia se ha pasado de rosca. Y si hacemos un recuento de su

actitud, de su comportamiento en este plantel, tenemos que reconocer que nunca

debimos aceptarla. Ustedes recuerdan cuando vino a optar por esa plaza, que ni

siquiera pertenecía a la Defensa, y por eso se mantuvo varias semanas sin respuesta,

a pesar de que su clase comprobatoria fuera aceptable.

--Aceptable no, Gabriela, excelente, para ser la primera vez que hacía algo así en

un centro como éste.

--Bueno, sí, bien, excelente o como fuera, pero Marnia después no ha respondido a

lo que esperábamos de ella. Aquí, no hay que olvidarse de eso, no sólo importa que

un profesor dé una buena clase, aquí hay que estar integrado a todas las tareas del

plantel, las de ayuda a la producción, las políticas, que en estas dos tareas no se

puede decir que esa compañera se haya destacado. En fin... la defensa... todo. No

hacemos nada con tener a alguien que imparta clases excelentes, como tú dices,

Liliana, y que en todo lo demás esa persona se mantenga alejada, como un ente

aparte, fuera del colectivo, como si se tratara de una privilegiada exenta de los

sacrificios que hacemos todos.

--Tampoco así, que Marnia hace sus guardias y acude al trabajo productivo, no

demasiado, pero acude, y cumple con las tareas del sindicato, no con todas, pero...

--Pero su actitud y el cuestionamiento que hizo en la asamblea, que es lo que aquí

estamos discutiendo, no puede ser aceptado desde ningún punto de vista. No.

Compañeros, yo propongo concretamente que analicemos esto en un marco más

reducido, con todos los factores del centro representados, pero atendiendo a una

propuesta del Partido que vamos a redactar ahora aquí, para que esa compañera

sea sancionada por su comportamiento, y para que no siente ese mal precedente

entre el resto de los profesores comunes.

Silencio. Elvira registra sus papeles y hace un comentario en voz baja que todos

escuchan.

--Esa profesora debe ser sancionada, no podemos vacilar, después nos vamos a

arrepentir de nuestro exceso de tolerancia. y si no tomamos una medida drástica

con ella, su ejemplo repercutirá negativamente en los demás, como ha señalado la

doctora Reyes.

Durante varios minutos nadie dice nada. Gabriela aprovecha para lanzar su

proposición sin más preámbulos:

--Yo propongo que se someta a votación si debemos sancionar a Marnia o no, y si

estamos de acuerdo con que el tipo de sanción sea tomado por el Decanato con

la presencia del Partido, la UJC, el sindicato y la FEU, en una reunión posterior más

estrecha... Los que estén de acuerdo que levanten la mano.

La mayoría levanta la mano. Gabriela fulmina con los ojos a algunos que

permanecen sin levantarla.

--Los que estén en contra.

Sólo Liliana levanta la mano.

--Los que se abstienen.

Milagros, Adita y el profesor de Idiomas levantan las manos. Nadie más hace ningún

gesto.

--Bien, compañeros. Aprobado por mayoría de votos, con un solo voto en contra y

con tres abstenciones. Nosotros avisaremos a los demás factores cuándo será la

reunión para discutir qué tipo de sanción podemos aplicar en este caso. Si nadie

más tiene nada que decir...

(continuará)

Augusto Lázaro


@augustodelatorr


http://laenvolvencia.blogspot.com

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