Qué
sucios son, ninguno de ellos tuvo la decencia de decirme para qué me citaban,
y
todos lo sabían, porque todos me citaron, parece que Elvira los atosigó con el
recado,
si ven a Liliana díganselo, que tiene que estar aquí a primera hora en la
oficina
del Partido, y como yo hace varios días que no me porto por allí,
preparándome
para mi tesis sobre Manzano, tan pronto me vieron la cara me
cayeron
encima como auras, Liliana, muchacha, te están buscando como cosa
buena,
dice Elvira que tienes que estar en la... y así todos, todos, con sus caras de
disimulo
blando, y a pesar de que le pregunté a la zorra de Adita, me salió con eso
de
no, mija, yo no sé, la verdad que no sé, y cuando llego a la oficina del
Partido
me
encuentro allí con todos ellos, muy calladitos, muy formalitos, y Elvira con su
cara
de
yonofuí, y Oscar haciéndose el sueco, y Milagros, la pobre, como siempre, con
la
vista
en el piso y silencio en la noche aunque sea de día, y la misma Adita
mirándome
como si estuviera despidiéndome en el aeropuerto para un viaje a
Europa...
¿y todo para qué?, ¡ah!, primero porque me sacaron del colectivo de
Literatura
General, claro, eso era de esperar, porque sacaron a Ernesto del
Departamento,
y ni el gato se escapó de los cambios, y a mí no me iban a dejar,
después
de las puyitas de Elvira y de mi viaje postergado hasta lo infinito, no, a mí
no
me
iban a dejar de ninguna manera, y ahora esta mierda, no me imaginaba que
esta
gente pudiera llegar hasta ese punto, yo sabía que estaban en algo conmigo,
¿cómo
no iba a saberlo?, pero no pensé que serían tan sucios como para esto, sí,
porque
eso es lo que son todos, unos sucios, hace tiempo que estaban girados para
mí,
y al fin se decidieron, me dan ganas de tirarles el carné por las narices y
decirles
métanse
el Partido por el culo, cabrones, ah, pero no, de eso nada, primero tengo
que
serenarme, porque en estas circunstancias cualquier paso que dé puede ser
desacertado,
no, primero tengo que irme para mi casa y darme un buen baño de
agua
caliente, tomarme un té, poner un disco de música relajante, serenarme un
poco,
que el tiempo me pase con los ojos cerrados, tomando té y oyendo música,
porque
tal vez esta gente lo haya hecho a propósito, para ver si yo salto, qué cosa,
y
se van a joder, porque no me voy a dejar provocar, Elvira siempre me ha lanzado
sus
puyitas, una vez dijo en una reunión, como quien no quiere la cosa, pues sí,
compañeros,
hay que estar siempre alertas, vigilantes, porque hasta en el Partido
puede
haber ovejas negras, y no tenía necesidad de decir nada más, porque allí
todo
el mundo sabía que se estaba refiriendo a mí, la muy... bueno, está bien, esta
vez
me ganaron, me prepararon la cama muy habilidosamente, cómo no, y Elvira
con
su miradita soñolienta, la calabacita, como le dicen los alumnos, compañeros,
tenemos
una situación que nos está golpeando, el Departamento de Extensión se
va
a quedar sin director, ahora con el viaje del compañero Ramón a Burdeos,
ustedes
saben... y ahí mismo empezó a elogiarme, qué pedazo de hipócrita, ustedes
conocen
perfectamente a la compañera Liliana, y saben que no hay otra como
ella
tan idónea para sustituir a Ramón, y claro que vamos a perder por un tiempo a
una
de nuestras mejores profesoras, pero ustedes saben que en este curso la
compañera
Liliana está enfrascada en la preparación de su tesis para el doctorado,
y
tiene muy pocos grupos, y yo creo que en definitivas eso será una ayuda para
ella,
pues le va a permitir disponer de un fondo de tiempo más amplio y... qué perra,
como
si yo no la conociera, por un tiempo, claro, como todas las cosas aquí, te
dicen
por un tiempo, te dan una coba, te ponen por las nubes, tratan de
demostrarte
que eso es casi como un ascenso, y te vas a donde te manden, y pasa
el
tiempo y te quedas allí definitivamente con cualquier excusa, que para eso son
campeones,
ah, si yo no lo supiera, cuántas veces ha pasado, mira la misma Delia,
la
sacaron del Departamento y le dijeron que se fuera a la Preparatoria, y de eso
hace
ya cuatro años, y la pobre Delia allí comiéndose un cable, haciendo lo que no
le
gusta, y sobre todo, estancándose, porque allí lo que tiene que hacer es
repetir
las
clases que ella misma recibió cuando estudiante, qué bárbaro, y todo eso
sucediendo
sin que nadie se rebele, ah, pero conmigo la cosa será distinta y
diferente,
sí señor, que yo soy profesora y lo mío es impartir clases y conferencias con
mis
alumnos, que para eso me pagan el salario, educarlos, y compartir con ellos,
que
me quieren y se llevan bien conmigo y les gusta que yo les dé clases, mis
alumnos,
qué pensarán ellos de toda esta mierda, verme ahí metida en esa oficina
de
Extensión, oliendo a cagadas de perro, en las quimbambas, donde nunca va
nadie,
donde jamás voy a trabar una relación con alguna personalidad que visite la
Universidad,
llenándome de papeles inútiles, de planillas, de gente sin importancia
que
va allí a comer mierda cuando no tiene nada que hacer, anquilosándome,
poniéndome
vieja sin ver ni la portada del último libro que sacan en los talleres
literarios
y en las librerías de los edificios centrales, ¡los fósforos!, vamos a ver...
tengo
que
pensar muy bien qué pasos voy a dar, lo que debo y no debo hacer, le voy a
demostrar
a esta gente que yo no soy Delia, ni Pardo, ni Ramón, que ahora le dan
un
viajecito mierdero de una semana a Burdeos acompañando a la ilustrísima
Carola,
para que se jubile feliz y contento, que él se conforma con poco, pero yo
no,
no señor, y lo que más rabia me da de todo esto es que ellos lo hacen porque
yo
defendí a Marnia en aquella reunión donde todo el mundo le echó con el rayo,
que
desde aquella vez se pusieron para mí, algunos hasta propusieron sacarla de
aquí,
y yo la defendí, porque se me subió la sangre oyendo tanta desvergüenza, a
una
mujer que lo único que hace es dar sus clases y decir lo que piensa, lo que
siente,
que es lo que piensan y sienten muchos que no tienen cojones para pararse y
decirlo
en una reunión, por eso la defendí, y seguiré defendiéndola, ya lo creo que
seguiré
defendiéndola, aunque me destarre aquí con estos hijos de puta, porque ya
me
he dado cuenta de que no son otra cosa que unos hijos de puta, casi todos,
sobre
todo Elvira, y esa nueva Decana, tan fina, tan decente, tan educada, tan
circunspecta,
que es una víbora, nada más que atenta al menor paso en falso que
tú
des para caerte encima, para machacarte y echarte al Partido de verdugo para
que
te haga talco, pero ya verán... ya verán que no siempre se van a salir con la
suya
estos hijos de puta...
(continuará)
Augusto
Lázaro
@augustodelatorr
http://laenvolvencia.blogspot.com
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