sábado, 7 de junio de 2014

EL AULA SUCIA 26

Marnia se puso de pie. Tomó un folleto con un texto mecanografiado, lo hojeó

rápidamente y miró a sus alumnos.

--De acuerdo con orientaciones de la jefa de nuestro colectivo, que a su vez se

guía por las orientaciones del jefe de nuestro departamento, que a su vez se atiene

a una circular bajada por el Ministerio de Educación Superior, o sea, el MES, tenemos

que hacer algunos cambios referentes a la estructura y a la ordenación de los pasos

a dar en nuestro plan de clases programadas -hizo una mueca y movió la cabeza-.

Obviamente, la anterior estructura y la anterior ordenación habían sido orientadas

por el propio MES.

Los alumnos murmuraron, comentaron, se rieron, mientras ella se disponía a

continuar.

--De acuerdo con esta nueva circular cuyo número he olvidado, la nueva estructura

o el nuevo ordenamiento o como quieran llamarlo, consiste en lo siguiente.

Los alumnos nunca habían visto a su profesora de Literatura General con esa

disposición a tirar a relajo las orientaciones burocráticas del MES, que en realidad

todos, pero sin decirlo, tiraban a relajo, pues cambiaban con tanta frecuencia que

era imposible tomarlas en serio.

--En la introducción  -continuó Marnia- tenemos el pase de lista, un breve resumen

de la clase anterior, y las consabidas preguntas de control. En el desarrollo,

consignar en la pizarra el título, la asignatura, y el tema de la conferencia, además

de copiar el sumario. También copiar en la pizarra la bibliografía general, o mejor

dicho, ideal -hizo otra mueca y provocó algunas risas-, y enunciar los objetivos que

se persiguen en la clase...

Un alumno sentado en el fondo levantó la mano.

--Dime, Eduardo.

--Profe, usted me perdona, pero... yo creo que usted está vacilando la clase.

Casi todos se rieron con deseos y Marnia miró al alumno con cara de reproche, pero

también sonriéndose. Después continuó:

--En las conclusiones, enunciar que se va a realizar el resumen de la actividad, las

preguntas de comprobación, la motivación para la próxima clase, y la indicación

del estudio pendiente de agotar... -Marnia comenzó a sudar-. Bien. No obstante lo

anterior, desde el punto de vista formal mantendremos el mismo orden que hemos

seguido en las conferencias anteriores. El fundamento de todo esto radica en la

necesidad de mantener el aspecto informativo de la clase (plan de lección) como

parte inicial, y a continuación todo lo concerniente al desarrollo propiamente dicho

de la conferencia. ¡Ah! Con eso nos atenemos a unas teorías y prácticas

pedagógicas que han alcanzado difusión universal y que se revelan, digamos,

desde ese esquema de Rude hasta otros que se manejan actualmente.

--¿Y en el orden práctico? -preguntó el mismo alumno-, porque a mí me parece que

se está teorizando demasiado.

La respuesta de Marnia provocó un mar de risas:

--En el orden práctico del desarrollo de la clase, seguiremos las orientaciones del

MES.

Un militante de la UJC pidió permiso para intervenir.

--Profesora, yo creo que ya que usted ha hecho esta pequeña introducción a la

clase de hoy, también debe explicarnos a qué se debe su nuevo estilo de dar

clases.

Marnia se sentó detrás de su buró. En realidad no era ningún nuevo estilo. Ella había

hecho esa pequeña introducción como una especie de desahogo, pues estaba

hasta el tope con el papeleo y las múltiples orientaciones de la sacrosanta

metodología que consideraba que tenía a todo el profesorado universitario

anquilosado y en un callejón sin salida posible a la superación intelectual y docente.

Se lo aclaró a sus alumnos antes de pasar a estudiar lo que en el plan de estudios se

había denominado la nueva novela burguesa.

--Profe, yo creo que ponerle ese título es encasillar a la novela moderna. No veo

que una novela tenga que ser burguesa o religiosa o lumpen... ¿no le parece?

--Claro, Julián, imagínate que entonces tendríamos que buscar algunas novelas y

darles ese último título que pusiste de ejemplo, porque no hay dudas de que hay

escritores que nunca en su vida han trabajado, y como se dice que escribir no es un

trabajo... al menos, no es un trabajo proletario... digo.

--¿Y entonces? -preguntó una alumna de la primera fila.

--¿Entonces?

Marnia revisó sus papeles y comprendió una vez más que ella sola no podía

transformar la Universidad. Suspiró. Miró a través de la ventana que daba a un erial

sin ningún atractivo visual. Por eso no le gustaban esas aulas nuevas que se habían

construido lejos de los edificios centrales: éstos al menos estaban rodeados de áreas

verdes, de parquecitos, de bancos, y sobre todo, de gente.

--Pues entonces tenemos que atenernos a lo que está aquí estipulado -y señaló los

papeles sobre su buró.

Después de los murmullos, las preguntas y las aclaraciones, Marnia pasó a enumerar

los libros que el plan proponía estudiar, entre otros títulos, Los Buddenbrook, Retrato

del artista adolescente, El proceso, El hombre sin atributos, y algunos

correspondientes a las primeras décadas del siglo, y a partir de la Segunda Guerra

Mundial varios títulos de Nathalie Sarraute, Michel Butor, Alain Robbe-Grillet y

Margueritte Duräs, lo que hizo exclamar a un alumno del fondo que por favor, esa

asignatura debería llamarse Literatura Francesa, ya que ese era el país que

monopolizaba el 90% de los textos a estudiar.

--Bueno, eso es lo que nos envía La Habana, queridos alumnos. Allá deben gustar

mucho de la literatura francesa.

--No, en realidad es muy buena, profesora, sólo que podríamos tener una visión más

amplia de la literatura mundial, ¿no cree usted?

--Por supuesto, Julieta. Pero no se preocupen, yo misma me voy a encargar de

darles otra relación aparte de títulos que más o menos nos den esa visión. Y por

supuesto que se los explicaré, aunque sea apretadamente, durante las clases

generales. Sacó una relación de títulos que había confeccionado, que contenía

obras de varios países de Europa, Asia y Africa, que según su entender eran obviados

por los metodólogos del MES.

--Yo mismo, profe, nunca he leído una novela de un autor africano.

--Y he oído que algunas son muy buenas y muy modernas.

--¿Y qué me dicen de laliteratura hindú? ¿Conoce alguien la literatura hindú?

Dejando aparte la literatura hispanoamericana, que impartía Oscar, y unas clases

especiales sobre España y Estados Unidos, ¿qué recibían los estudiantes universitarios

de lo que se escribía o se había escrito en todo el mundo?

--Todavía de lo que se ha escrito, digamos, de la literatura de la antigüedad -Marnia

se puso de pie y se colocó delante del buró-, como Grecia, Roma, no estamos tan

mal. Pero fíjense cómo ignoramos casi totalmente lo que se está escribiendo en la

actualidad... -hizo una pausa y observó la atención que se reflejaba en los rostros de

sus alumnos-. Incluso de la propia Francia, porque lo que estudiamos de esa nación

tiene ya varias décadas de haber sido publicado, pero lo de ahora mismo, ¿dónde

está? Bueno, quizás no sea del todo culpa de la Universidad, pero sin dudas que se

podría hacer mucho más por darles a ustedes una visión panorámica de todo el

mundo en esta asignatura.

Los alumnos comentaron e intervinieron sobre el asunto. La Universidad debía

actualizarse, pues lo poco que se conocía de lo que se publicaba en el mundo

llegaba por escasos medios privados, cuando alguien viajaba al extranjero y

regresaba con varios títulos de lo último, que pasaban de mano en mano de

profesores y otras personalidades amigas del plantel, pero no de los alumnos.

--Permiso, profe.

--Sí, Eduardo, se ve que hoy desayunaste bien.

--Yo creo que nosotros podríamos proponer al Rectorado un plan de actualización

de la asignatura, porque si seguimos como vamos, nos quedamos con Homero y los

clásicos, y para no pecar de exagerados, con Joyce, Proust y Kafka.

Marnia los miró unos segundos.

--Mis queridos alumnos, si ustedes me acompañan, yo voy a discutir este asunto con

mis superiores. A ver qué podemos sacar. ¿Qué me dicen?

Un fuerte murmullo inundó la sala. Entonces todos los alumnos levantaron las manos.

Augusto Lázaro

@augustodelatorr

http://laenvolvencia.blogspot.com

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