Nada
más a mí se me ocurre subirme en una guagua con los zapatos acabaditos de
limpiar,
y que los tengo que limpiar yo mismo, que esos salones colectivos están
siempre
repletos, y la gorda esa que me metió el codo en las costillas, y para colmo,
el
idiota del chofer arrancó antes de que me apeara, y me tuve que bajar a cinco
cuadras
de aquí, empapado de sudor, qué va, mañana mismo voy al taller a ver a
Pepe,
desde que se me rompió el carro estoy pasando las de Caín, y el verraco de
Jacinto
lo único que sabe hacer es decirme que el arreglo se las trae, claro, a Pepe
hay
que tocarlo para que me resuelva rápido, tendré que llevarle un litro de ron y
dejarle
caer algunos fulas, a ver si por fin me termina el trabajito, tengo que
inventar
algo
para cogerme el día mañana, a ver si puedo al fin resolver ese problema de
una
puñetera vez, suerte que yo no tengo que marcar tarjeta ni darle cuentas a
nadie,
a no ser a David, y ése a lo mejor ni se da cuenta de que yo no estoy aquí, si
no
es que por casualidad se le ocurre pedirme algún informe, algún dato, algún
papel
de esos que siempre está pidiendo, porque dice que a la hora de los
mameyes
lo que cuenta es lo que está en blanco y negro y "de lengua nada",
siempre
me lo está repitiendo como si yo fuera un imbécil, sí, todo anotado, todo
especificado,
todo firmado, bueno, de todos modos es mejor darle el toque por
si
acaso.
--Buenos
días, Cuqui.
Bueno,
déjame ver cuántos asuntos tengo aquí pendientes, ya mañana el que
venga
que resuelva con Cuqui, o que vaya a ver al Mayimbe, la gente se cree que
nosotros
estamos aquí echándonos fresco en los huevos, para poder atender a todo
el
que venga a plantear cualquier bobería, bastante que tenemos ya, si ya casi no
tenemos
chance para comentar la última peli, y así y todo vienen esos sanacos y
te
plantean una verracada y tú tienes que oírlos, y después quieren que tú les
resuelvas
los problemas ipso facto.
--Hola,
Cuco, ¿cómo anda el crío ese?
Ahora
a dispararme hasta las doce con un triste buche de café, porque mandarme
a
pie hasta la cafetería le zumba, y eso para meterme en la cola y si acaso
alcanzar
un
boncito con pasta y un pru al tiempo, son como seis cuadras, no vale la pena, a
ver
si Cuqui trajo algo, que ella siempre trae algo para merendar, dentro de un
rato
le
voy a hacer un talle, con disimulo, ¿de dónde esta cabrona sacará esas cosas
que
se zampa aquí todos los días?, menos mal que de eso yo siempre cojo algo,
y
este archivo debe estar falto de aceite, bueno, Cuco se encargará, porque yo no
me
voy a embarrar las manos ni mucho menos, no, después ir al baño, a ver si hay
jabón,
no, de ninguna manera, y que sin esos papeles yo no puedo hacer nada,
deja
ver si lo veo... ¡ah!, allí está.
--Oye,
Cuco, hazme el favor.
Ya
me está entrando hambre.
--Oye,
Cuco, viejo, perdona la molestia, yo sé que tú estás muy ocupado como
siempre,
pero mira, es para ver si tú puedes engrasarme un poco el gavetero este,
no
sé qué le pasa que no quiere abrir, parece que está sucio o no sé qué rayos es
lo
que le pasa.
Un
tipo chévere este Cuco, nunca dice que no.
--Ah,
oye, ¿no tendrás un cigarrito ahí que me regales?, ahora mismo boté la caja
vacía
en el cesto, se me pasó comprar esta mañana en la cafetería, figúrate, con la
prisa
por llegar temprano, se me pasó y... ¡ah, gracias, viejo!.
Menos
mal que Cuqui etá callada hoy, porque cuando se le suelta la sin hueso
habla
más que Moravia Capó, que ya es decir mucho, no me explico por qué la
han
metido en el sindicato, que si la agricultura, que si la textilera, que si la
asamblea
de servicios, que si el equipo de pelota, que si la guardia, que si el
noveno
grado, que si la preparación combativa, que dame dos pesos para
Aurora
que se casa el sábado, que dame tres para la fiestecita por el día de la
mujer
trabajadora, recoño, ¿hasta cuándo?, voy a tener que sacarla de ahí con
algún
pretexto, si no, me salo, el sindicato metido en mi oficina, y las cosas que
me
tiene que hacer, ¿quién me las hace?, bueno, ya veré qué invento para eso,
y
si no pongo las muelas en movimiento con carácter urgente, no me voy a
poder
concentrar en los papeles que tengo aquí pendientes, y que son unos
cuantos,
total, todos piden y piden y piden, ¿por qué la gente será tan
inconforme?
--¿Eh?
Sí, dime, Mirna.
Esta
es otra que bien baila, yo creo que si no escupe esputa.
--Sí,
mi amor, enseguida se los mando.
Ya
está el Mayimbe pidiéndome cosas, miren cómo a mí me piden cosas, eso
nadie
lo ve, yo quisiera que aquí se reunieran todos esos que piden materiales,
piezas,
equipos, cambios, arreglos, para que vieran todo lo que me piden a mí,
pero
bueno, con David no se puede quedar mal, no, la barriga no se puede
pelear
con el cocinero, en eso hay que estar muy claro... coño, Cuqui sacó el
cartucho,
tengo que inventar algo rápido, déjame ver...
--Cuqui,
¿quieres hacerme el favor?
Para
algo es mi secretaria, qué carajo, cuando tiene algún problema, ¿quién se
lo
resuelve?
--Mira,
mi vida, necesito que me des una manito aquí para chequear estos datos
que
me mandó a pedir David con Mirna, figúrate.
Ahora
cuando venga con el cartucho, ahí mismo le doy el sablazo.
--Sí,
mira... tú me vas diciendo las cuentas y yo te digo las cifras... sí, esa es la
cosa,
yo
que iba a salir a merendar ahora mismo, pero como dice Mirna que el jefe
necesita
estos datos urgente, pues... tú sabes que a mí me gusta cumplir y... por eso
te
llamé para... ¡ay, mi cielo!, cuánto te lo agradezco, gracias, imagínate, me
evitas
tener
que perder media hora en la cafetería... muchas gracias, eres un encanto,
Cuquita,
pero ya sabes que no me gusta abusar... no no no... bueno, gracias, así
resuelvo
los dos problemas al mismo tiempo, sí, je je je... y con lo atareado que
estoy
hoy, sí, muchacha, enseguida terminamos con esto, es fácil, y gracias otra
vez,
eh... oye, está rico esto, de verdad...
Bueno,
ahora me siento mejor, un buen pedazo de pasta de croqueta con pan y
un
vasito de jugo de mango, la verdad que esta Cuqui vale lo que pesa, aunque no
debe
pesar mucho, la pobre... en fin, que le voy a dar un tiempo a estos papeles, ya
ahorita
no me van a dejar ni pensar en mis asuntos personales, a lo mejor convenzo
a
Gustavito para que me suelte el tocadiscos en cien pesos, ya no aguanto más a
Emilia
con su cantaleta, como si la plata me cayera del cielo, pero bueno, tengo
que
reconocer que bastante que se chiva
Emilia trajinando todo el día, y en la
calle,
que si el pollo, que si la carne de puerco, arriesgándose incluso, que si la
yuca
en
el mercadito, que si las hallacas de la mujer del chino, un fenómeno, mañana le
hago
un talle a Gustavito a ver si le tumbo el aparato de una vez por la mitad de lo
que
vale en realidad, porque Gustavito necesita dinero, ah, sí, y seguro que afloja,
no
digo yo si afloja, y así de paso me quito de arriba la cantaleta de Emilia,
total,
con
lo que yo me embolsillo aquí los días 24, ¿por qué no darle ese pequeño gusto?,
además,
el tocadiscos lo voy a disfrutar yo también, es como si fuera para mí, por
suerte
yo no soy muy ambicioso y no aspiro a millonario, no, lo mío es mantenerme
aquí
y estar bien mirado por el hombrín y por los de la dirección, que seguro que me
tienen
como uno de sus funcionarios más capaces, más organizados, más leales, sí,
y
sobre todo, más eficientes, nunca me atraso en ningún informe, ni se me pierde
ningún
papel importante, ni tienen que esperar por mí para nada, claro, gracias en
parte
a la buena de Cuqui que es una fiera ahí fajada con la agenda, los archivos,
el
teléfono, lástima que se le haya subido lo del sindicato a la cabeza, voy a
hablar
de
ese asunto con David, que lo coja Ponciano que no está haciendo nada que
valga
la pena, yo tengo aquí muchos papeles, muchas notas, tengo infinidad de
memorandos,
cartas, llamadas, comisiones, facturas, conduces, pedidos, solicitudes,
modelos,
órdenes de compra y de servicios, relaciones, informes, planes de trabajo,
recados,
telefonemas, no, si esto es el fenómeno vigueta, ¿quién se va a encargar
de
todo esto si Cuqui sigue metida en el sindicato?, total, asambleas, reuniones,
mítines
que lo único que hacen es alterar mi planificación personal, bueno, ya
veremos,
ya casi son las diez, y hablando de agenda, deja ver qué es lo que tengo
para
hoy: llamada al Ministerio, esa debe ser de David, que la reclame Cuqui a ver,
lectura
del informe de auditoría, ja, tendré que leérmelo después, aunque sea por
arribita,
por si acaso me preguntan por algo, ¡coño!, ¿qué es esto?, la reunión con
Carmita
Pintado, ahora sí me la saqué, a ver, discutir las necesidades de, el cambio
de
entrada y de salida de modelos en, tao tao tao, ¡me cago en la que canta y no
pone!,
Carmita, la mata del palique, y lo más bonito es que para mañana tengo
que
dejarlo todo ok, dígame usted, tendré que entregarle estos pendientes a Cuqui,
pobrecita,
se me va a quemar aquí con tanto trajín, bueno, Cuqui atenderá estas
cosas,
porque el sábado, cuando vuelva por la mañana no quiero encontrarme el
buró
repleto de papeles, de tareas pendientes, no, a ver qué es lo que me queda
para
mañana, sí, bueno, casi nada, sí, estoy amplio, si no fuera por esa reunión con
la
vieja.
--Ven
acá, Cuqui.
No
le voy a decir desde ahora que mañana no vengo, no vaya a ser cosa que se le
suelte
la lengua con las muchachitas del Departamento y se pongan a cuchichear
por
ahí, que esa atmósfera no me conviene, se lo diré por la tarde, antes de irme,
así
no tendrá tiempo ni para darse cuenta.
--Mira,
Cuqui, dale salida a estas facturas, ya están revisadas, archiva las copias,
como
siempre, y mira a ver si estas llamaditas se pueden hacer hoy... sí, es para ir
adelantando...
sí, cómo no... ok, Cuquita, tú siempre a la vanguardia.
¿Dónde
se habrán metido los periódicos?, por ahí viene Cuco, seguro que él sabe,
porque
éste se las sabe todas.
--Oye,
Cuco, por casualidad ¿tú has visto la prensa por ahí?... mira a ver, anda,
hazme
el favor.
Tengo
que hacerle un regalito un día de éstos, esa es la clase de trabajadores que
necesitamos,
nunca dice que no, no se mete en nada, casi no habla, ah, ahí me
trae
los periódicos.
--Gracias,
Cuco, es que hay que estar bien informados, ¿no?, bueno, tú lo sabes,
tener
parque, ¿comprendes?, la lucha ahora es ideológica y se está agudizando
cada
día más, uno tiene que sacar un tiempito para estar al día en todo y que no
venga
nadie a hacerle cuentos, ¿eh?, bueno, gracias, viejo.
Tengo
que echarle aceite a este ventilador, el ruido que hace me tiene sirico, a ver
estas
solicitudes... ¡hum!, una carta de Berto Morales, este tipo es molestísimo,
está
siempre
pidiendo cosas que no hay, que él sabe muy bien que no hay, a ver qué es
lo
que quiere ahora... ¡ah!, miren esto: barras de acero corrugadas, ¡da risa!, ni
me
voy
a molestar en ir al almacén.
--Cuqui,
hazle un acuse de recibo a Morales, el de la unidad número 9, mira, me le
dices
que en estos momentos no tenemos esas barras que pide, toma, aquí tienes
la
solicitud.
Y
este telefonema de Mauricio... no, llamaré yo mismo, llamaré a Conchita a ver,
cinco
- ocho - ocho - cuatro - dos... esta mujer parece que siempre está durmiendo.
--Oiga...
¿quién habla?... me hace el favor, con... ah, eres tú, Conchi... sí, yo espero,
sí...
Lástima
que sea tan pazguata, se le podría hacer un tiempo, a pesar de sus buenos
treintipicones.
--¿Conchi?...
sí, mi cielo, ¿cómo tú andas, mija?... sí, yo bien, gracias... sí, muchacha,
como
siempre, aquí tirando... me imagino que tú sigues igualita, cada día más
joven,
¿eh?... no, no es un cumplido, es la verdad... bueno, bien... sí, sí... mira,
Conchi,
toma nota de este tele para Mauricio, de parte de Ruenes, que la... que la
pintura
que solicita en su tele número tres cincuenta y uno... sí, tres, cinco, uno...
sí,
pues
que no podemos suministrársela en su totalidad, pero que puede resolverse en
parte
de color rosa viejo, ¿me copias?... sí, rosa viejo... saludos, Ruenes, y...
bueno,
Conchi,
déjate ver... sí, sí, claro que sí... chao, cosa linda... chao.
A
ver esta otra, es la última, ¡ja!, este sí está listo, así que original sin la
copia y sin el
cuño
del Departamento, ñiringa de puerco, nené, denegada.
--Mira,
Cuqui, otra solicitud incompleta. Denegada. Yo no me explico qué es lo que
pasa
con la gente que no acaba de organizarse.
Estos
periódicos no se pueden leer, siempre dicen lo mismo y todos lo dicen de la
misma
forma, y mañana llega la Bohemia y como no voy a estar aquí seguro que
me
la levantan, seguro que Clarita la controla, y con Clarita no quiero ningún
lequeleque,
con la lengua que se gasta, si la usara en la cama el marido no le
estuviera
pegando los tarros con Esperanza, la mosquita muerta de Esperanza nada
menos,
le voy a decir a Cuqui que me justifique en la reunión del sindicato, me da
pena
con ella, pero qué carajo, seguro que me terminan el carro esta tarde y si no,
tendré
que tocar mañana a Pepe para que me lo saque, y cuando resuelva lo del
carro
tengo que ir a ver a Gustavito para el asunto del tocadiscos, esta Mirna se
pasa
el día dando paseítos, si no fuera porque está brutal le llamaría la atención,
coño,
se menea más que una lagartija huyendo de los tiraflechas de los mataperros
y
yo creo que lo hace para joderme, porque ella sabe que me gusta un montón,
voy
a tener que cerrar esa puerta, un día Cuqui me va a sorprender viviendo a esta
cabrona
que me hace levantar la cabeza cada vez que pasa, aquí lo que hace
falta
es un aire acondicionado, pero dice el Mayimbe que eso gasta mucho, que
hay
que ahorrar, que la austeridad, ya lo creo, ¡la austeridad!, cómo no, gasta,
sí,
gasta
mucho, seguro, y lo que me gasto yo aquí trabajando como un demente,
de
eso no se da cuenta, ¡ah!, la reunión con Carmita Pintado, el cotorreo que me
espera,
si pudiera quitármela de arriba aunque fuera por hoy, déjame ver, le voy a
decir
que mejor nos reunimos cuando ella tenga todos los papeles del balance
terminados,
voy a anotar aquí todo lo que me hace falta, para ir directo y así
terminar
rápido, a ver, lápices bicolores, sacapuntas, bolígrafos, repuestos, papel
bond,
papel gaceta, papel carbón, papel copia, reglas, gomas, presillas de
folders
no quedan, gomígrafos, sí, eso, almohadillas, stencils, corrector de stencils,
no,
eso no aparece ni en casa de Chicho Macetica, no, sobres cortos y largos,
sobres
manila tampoco hay en ninguna parte, ¿qué es esto?, bueno, que por
pedir
no quede, le voy a regalar estas hojas de papel carbón a Mirna cuando pase,
así
la vivo de cerca un ratico, aceite para el ventilador, ¡ay, cabrona, cómo me
pones!,
presillas, corrector de stencils, sobres manila y aceite para el... no, eso ya
lo
anoté, por ahí viene la niña.
--Mirna,
mi cielo, llégate un momento.
Para
mí que se está acostando con David.
--¿Qué
tal, carita de ángel? Bueno, la pregunta está de más, porque a la legua se
ve
que estás muy bien, je je je... Pero bueno, toma unas cuantas hojitas de papel
carbón
del bueno, que yo sé que te hacen falta... Sí, querubín... No, chica, eso no es
nada,
y menos si se trata de ti... Bueno, chaíto.
Tiene
nalgas para darle a Clarita y todavía habría que decirle culona, ¡qué bárbara!,
¡qué
bestia!, ¡qué culo!
--¿Eh?...
Sí, entra, Carmita... Siéntate... Aquí, vieja, ya tú sabes, mucho trabajo...
mira,
Carmita,
esta es la lista de lo que necesitamos. Ahora a partir del mes que viene
vamos
a controlar la entrega de materiales internos por aquí. Hay que hacer un
inventario
en el almacén y necesito un informe detallado de las existencias. Yo te
iba
a proponer que nos reunamos cuando tengas el inventario, así podríamos
discutir
el plan de una vez. ¿Qué te parece?... ¿De acuerdo entonces?... Bueno,
¿cuándo
podría ser?... Ok, perfecto, vieja... Sí, sí... Bueno, Carmita, entonces ya tú
sabes...
Oye, ¿no tendrás un cigarrito ahí que me regales? Sí... Figúrate, con lo
atosigado
de trabajo que estoy no he tenido tiempo de ir a la cafetería y ya se me
acabaron
los míos... Sí, voy a tener que dejar ese vicio... Ya tú sabes... Gracias,
cariño...
Ok, nos vemos... Chaíto.
Bueno,
chirrín chirrán, ahora hasta la tarde, todavía falta un poco para las doce,
¿qué
sorpresa me tendrá Emilia para el almuerzo?, ah, si me encontrara otra vez a
Sebastián
como el lunes que me invitó a almorzar en El Baturro, bueno, creo que ya
puedo
ir recogiendo, que no se me quede nada encima del buró, ni un solo papel
suelto,
voy a colgar este afiche que me dejaron los muchachos del comité de base
de
la UJC: "aprovechar al máximo la jornada laboral", no está mal la
consigna, no
señor,
hay que darle vida a la propaganda y eso es lo que hay que hacer, dejar de
perder
el tiempo en verracadas como mucha gente aquí que yo conozco, que no
disparan
un chícharo, ¡ay!, tengo un hambre que yo mismo me doy lástima.
--Cuqui,
voy echando a ver si paso por El Telescopio antes que cierren, a recoger
mis
otros espejuelos... Sí, niña, se me rompieron otra vez, soy un desastre...
Bueno,
mi
amor, nos vemos por la tarde temprano... Chao, cosa linda.
Augusto Lázaro
www.facebook.com/augusto.delatorrecasas
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