sábado, 9 de julio de 2016

SUTIL Y TENEBROSO

Nada más a mí se me ocurre subirme en una guagua con los zapatos acabaditos de

limpiar, y que los tengo que limpiar yo mismo, que esos salones colectivos están

siempre repletos, y la gorda esa que me metió el codo en las costillas, y para colmo,

el idiota del chofer arrancó antes de que me apeara, y me tuve que bajar a cinco

cuadras de aquí, empapado de sudor, qué va, mañana mismo voy al taller a ver a

Pepe, desde que se me rompió el carro estoy pasando las de Caín, y el verraco de

Jacinto lo único que sabe hacer es decirme que el arreglo se las trae, claro, a Pepe

hay que tocarlo para que me resuelva rápido, tendré que llevarle un litro de ron y

dejarle caer algunos fulas, a ver si por fin me termina el trabajito, tengo que inventar

algo para cogerme el día mañana, a ver si puedo al fin resolver ese problema de

una puñetera vez, suerte que yo no tengo que marcar tarjeta ni darle cuentas a

nadie, a no ser a David, y ése a lo mejor ni se da cuenta de que yo no estoy aquí, si

no es que por casualidad se le ocurre pedirme algún informe, algún dato, algún

papel de esos que siempre está pidiendo, porque dice que a la hora de los

mameyes lo que cuenta es lo que está en blanco y negro y "de lengua nada",

siempre me lo está repitiendo como si yo fuera un imbécil, sí, todo anotado, todo

especificado, todo firmado, bueno, de todos modos es mejor darle el toque por

si acaso.

--Buenos días, Cuqui.

Bueno, déjame ver cuántos asuntos tengo aquí pendientes, ya mañana el que

venga que resuelva con Cuqui, o que vaya a ver al Mayimbe, la gente se cree que

nosotros estamos aquí echándonos fresco en los huevos, para poder atender a todo

el que venga a plantear cualquier bobería, bastante que tenemos ya, si ya casi no

tenemos chance para comentar la última peli, y así y todo vienen esos sanacos y

te plantean una verracada y tú tienes que oírlos, y después quieren que tú les

resuelvas los problemas ipso facto.

--Hola, Cuco, ¿cómo anda el crío ese?

Ahora a dispararme hasta las doce con un triste buche de café, porque mandarme

a pie hasta la cafetería le zumba, y eso para meterme en la cola y si acaso alcanzar

un boncito con pasta y un pru al tiempo, son como seis cuadras, no vale la pena, a

ver si Cuqui trajo algo, que ella siempre trae algo para merendar, dentro de un rato

le voy a hacer un talle, con disimulo, ¿de dónde esta cabrona sacará esas cosas

que se zampa aquí todos los días?, menos mal que de eso yo siempre cojo algo,

y este archivo debe estar falto de aceite, bueno, Cuco se encargará, porque yo no

me voy a embarrar las manos ni mucho menos, no, después ir al baño, a ver si hay

jabón, no, de ninguna manera, y que sin esos papeles yo no puedo hacer nada,

deja ver si lo veo... ¡ah!, allí está.

--Oye, Cuco, hazme el favor.

Ya me está entrando hambre.

--Oye, Cuco, viejo, perdona la molestia, yo sé que tú estás muy ocupado como

siempre, pero mira, es para ver si tú puedes engrasarme un poco el gavetero este,

no sé qué le pasa que no quiere abrir, parece que está sucio o no sé qué rayos es

lo que le pasa.

Un tipo chévere este Cuco, nunca dice que no.

--Ah, oye, ¿no tendrás un cigarrito ahí que me regales?, ahora mismo boté la caja

vacía en el cesto, se me pasó comprar esta mañana en la cafetería, figúrate, con la

prisa por llegar temprano, se me pasó y... ¡ah, gracias, viejo!.

Menos mal que Cuqui etá callada hoy, porque cuando se le suelta la sin hueso

habla más que Moravia Capó, que ya es decir mucho, no me explico por qué la

han metido en el sindicato, que si la agricultura, que si la textilera, que si la

asamblea de servicios, que si el equipo de pelota, que si la guardia, que si el

noveno grado, que si la preparación combativa, que dame dos pesos para

Aurora que se casa el sábado, que dame tres para la fiestecita por el día de la

mujer trabajadora, recoño, ¿hasta cuándo?, voy a tener que sacarla de ahí con

algún pretexto, si no, me salo, el sindicato metido en mi oficina, y las cosas que

me tiene que hacer, ¿quién me las hace?, bueno, ya veré qué invento para eso,

y si no pongo las muelas en movimiento con carácter urgente, no me voy a

poder concentrar en los papeles que tengo aquí pendientes, y que son unos

cuantos, total, todos piden y piden y piden, ¿por qué la gente será tan

inconforme?

--¿Eh? Sí, dime, Mirna.

Esta es otra que bien baila, yo creo que si no escupe esputa.

--Sí, mi amor, enseguida se los mando.

Ya está el Mayimbe pidiéndome cosas, miren cómo a mí me piden cosas, eso

nadie lo ve, yo quisiera que aquí se reunieran todos esos que piden materiales,

piezas, equipos, cambios, arreglos, para que vieran todo lo que me piden a mí,

pero bueno, con David no se puede quedar mal, no, la barriga no se puede

pelear con el cocinero, en eso hay que estar muy claro... coño, Cuqui sacó el

cartucho, tengo que inventar algo rápido, déjame ver...

--Cuqui, ¿quieres hacerme el favor?

Para algo es mi secretaria, qué carajo, cuando tiene algún problema, ¿quién se

lo resuelve?

--Mira, mi vida, necesito que me des una manito aquí para chequear estos datos

que me mandó a pedir David con Mirna, figúrate.

Ahora cuando venga con el cartucho, ahí mismo le doy el sablazo.

--Sí, mira... tú me vas diciendo las cuentas y yo te digo las cifras... sí, esa es la cosa,

yo que iba a salir a merendar ahora mismo, pero como dice Mirna que el jefe

necesita estos datos urgente, pues... tú sabes que a mí me gusta cumplir y... por eso

te llamé para... ¡ay, mi cielo!, cuánto te lo agradezco, gracias, imagínate, me evitas

tener que perder media hora en la cafetería... muchas gracias, eres un encanto,

Cuquita, pero ya sabes que no me gusta abusar... no no no... bueno, gracias, así

resuelvo los dos problemas al mismo tiempo, sí, je je je... y con lo atareado que

estoy hoy, sí, muchacha, enseguida terminamos con esto, es fácil, y gracias otra

vez, eh... oye, está rico esto, de verdad...

Bueno, ahora me siento mejor, un buen pedazo de pasta de croqueta con pan y

un vasito de jugo de mango, la verdad que esta Cuqui vale lo que pesa, aunque no

debe pesar mucho, la pobre... en fin, que le voy a dar un tiempo a estos papeles, ya

ahorita no me van a dejar ni pensar en mis asuntos personales, a lo mejor convenzo

a Gustavito para que me suelte el tocadiscos en cien pesos, ya no aguanto más a

Emilia con su cantaleta, como si la plata me cayera del cielo, pero bueno, tengo

que reconocer  que bastante que se chiva Emilia trajinando todo el día, y en la

calle, que si el pollo, que si la carne de puerco, arriesgándose incluso, que si la yuca

en el mercadito, que si las hallacas de la mujer del chino, un fenómeno, mañana le

hago un talle a Gustavito a ver si le tumbo el aparato de una vez por la mitad de lo

que vale en realidad, porque Gustavito necesita dinero, ah, sí,  y seguro que afloja,

no digo yo si afloja, y así de paso me quito de arriba la cantaleta de Emilia, total,

con lo que yo me embolsillo aquí los días 24, ¿por qué no darle ese pequeño gusto?,

además, el tocadiscos lo voy a disfrutar yo también, es como si fuera para mí, por

suerte yo no soy muy ambicioso y no aspiro a millonario, no, lo mío es mantenerme

aquí y estar bien mirado por el hombrín y por los de la dirección, que seguro que me

tienen como uno de sus funcionarios más capaces, más organizados, más leales, sí,

y sobre todo, más eficientes, nunca me atraso en ningún informe, ni se me pierde

ningún papel importante, ni tienen que esperar por mí para nada, claro, gracias en

parte a la buena de Cuqui que es una fiera ahí fajada con la agenda, los archivos,

el teléfono, lástima que se le haya subido lo del sindicato a la cabeza, voy a hablar

de ese asunto con David, que lo coja Ponciano que no está haciendo nada que

valga la pena, yo tengo aquí muchos papeles, muchas notas, tengo infinidad de

memorandos, cartas, llamadas, comisiones, facturas, conduces, pedidos, solicitudes,

modelos, órdenes de compra y de servicios, relaciones, informes, planes de trabajo,

recados, telefonemas, no, si esto es el fenómeno vigueta, ¿quién se va a encargar

de todo esto si Cuqui sigue metida en el sindicato?, total, asambleas, reuniones,

mítines que lo único que hacen es alterar mi planificación personal, bueno, ya

veremos, ya casi son las diez, y hablando de agenda, deja ver qué es lo que tengo

para hoy: llamada al Ministerio, esa debe ser de David, que la reclame Cuqui a ver,

lectura del informe de auditoría, ja, tendré que leérmelo después, aunque sea por

arribita, por si acaso me preguntan por algo, ¡coño!, ¿qué es esto?, la reunión con

Carmita Pintado, ahora sí me la saqué, a ver, discutir las necesidades de, el cambio

de entrada y de salida de modelos en, tao tao tao, ¡me cago en la que canta y no

pone!, Carmita, la mata del palique, y lo más bonito es que para mañana tengo

que dejarlo todo ok, dígame usted, tendré que entregarle estos pendientes a Cuqui,

pobrecita, se me va a quemar aquí con tanto trajín, bueno, Cuqui atenderá estas

cosas, porque el sábado, cuando vuelva por la mañana no quiero encontrarme el

buró repleto de papeles, de tareas pendientes, no, a ver qué es lo que me queda

para mañana, sí, bueno, casi nada, sí, estoy amplio, si no fuera por esa reunión con

la vieja.

--Ven acá, Cuqui.

No le voy a decir desde ahora que mañana no vengo, no vaya a ser cosa que se le

suelte la lengua con las muchachitas del Departamento y se pongan a cuchichear

por ahí, que esa atmósfera no me conviene, se lo diré por la tarde, antes de irme,

así no tendrá tiempo ni para darse cuenta.

--Mira, Cuqui, dale salida a estas facturas, ya están revisadas, archiva las copias,

como siempre, y mira a ver si estas llamaditas se pueden hacer hoy... sí, es para ir

adelantando... sí, cómo no... ok, Cuquita, tú siempre a la vanguardia.

¿Dónde se habrán metido los periódicos?, por ahí viene Cuco, seguro que él sabe,

porque éste se las sabe todas.

--Oye, Cuco, por casualidad ¿tú has visto la prensa por ahí?... mira a ver, anda,

hazme el favor.

Tengo que hacerle un regalito un día de éstos, esa es la clase de trabajadores que

necesitamos, nunca dice que no, no se mete en nada, casi no habla, ah, ahí me

trae los periódicos.

--Gracias, Cuco, es que hay que estar bien informados, ¿no?, bueno, tú lo sabes,

tener parque, ¿comprendes?, la lucha ahora es ideológica y se está agudizando

cada día más, uno tiene que sacar un tiempito para estar al día en todo y que no

venga nadie a hacerle cuentos, ¿eh?, bueno, gracias, viejo.

Tengo que echarle aceite a este ventilador, el ruido que hace me tiene sirico, a ver

estas solicitudes... ¡hum!, una carta de Berto Morales, este tipo es molestísimo, está

siempre pidiendo cosas que no hay, que él sabe muy bien que no hay, a ver qué es

lo que quiere ahora... ¡ah!, miren esto: barras de acero corrugadas, ¡da risa!, ni me

voy a molestar en ir al almacén.

--Cuqui, hazle un acuse de recibo a Morales, el de la unidad número 9, mira, me le

dices que en estos momentos no tenemos esas barras que pide, toma, aquí tienes

la solicitud.

Y este telefonema de Mauricio... no, llamaré yo mismo, llamaré a Conchita a ver,

cinco - ocho - ocho - cuatro - dos... esta mujer parece que siempre está durmiendo.

--Oiga... ¿quién habla?... me hace el favor, con... ah, eres tú, Conchi... sí, yo espero,

sí...

Lástima que sea tan pazguata, se le podría hacer un tiempo, a pesar de sus buenos

treintipicones.

--¿Conchi?... sí, mi cielo, ¿cómo tú andas, mija?... sí, yo bien, gracias... sí, muchacha,

como siempre, aquí tirando... me imagino que tú sigues igualita, cada día más

joven, ¿eh?... no, no es un cumplido, es la verdad... bueno, bien... sí, sí... mira,

Conchi, toma nota de este tele para Mauricio, de parte de Ruenes, que la... que la

pintura que solicita en su tele número tres cincuenta y uno... sí, tres, cinco, uno... sí,

pues que no podemos suministrársela en su totalidad, pero que puede resolverse en

parte de color rosa viejo, ¿me copias?... sí, rosa viejo... saludos, Ruenes, y... bueno,

Conchi, déjate ver... sí, sí, claro que sí... chao, cosa linda... chao.

A ver esta otra, es la última, ¡ja!, este sí está listo, así que original sin la copia y sin el

cuño del Departamento, ñiringa de puerco, nené, denegada.

--Mira, Cuqui, otra solicitud incompleta. Denegada. Yo no me explico qué es lo que

pasa con la gente que no acaba de organizarse.

Estos periódicos no se pueden leer, siempre dicen lo mismo y todos lo dicen de la

misma forma, y mañana llega la Bohemia y como no voy a estar aquí seguro que

me la levantan, seguro que Clarita la controla, y con Clarita no quiero ningún

lequeleque, con la lengua que se gasta, si la usara en la cama el marido no le

estuviera pegando los tarros con Esperanza, la mosquita muerta de Esperanza nada

menos, le voy a decir a Cuqui que me justifique en la reunión del sindicato, me da

pena con ella, pero qué carajo, seguro que me terminan el carro esta tarde y si no,

tendré que tocar mañana a Pepe para que me lo saque, y cuando resuelva lo del

carro tengo que ir a ver a Gustavito para el asunto del tocadiscos, esta Mirna se

pasa el día dando paseítos, si no fuera porque está brutal le llamaría la atención,

coño, se menea más que una lagartija huyendo de los tiraflechas de los mataperros

y yo creo que lo hace para joderme, porque ella sabe que me gusta un montón,

voy a tener que cerrar esa puerta, un día Cuqui me va a sorprender viviendo a esta

cabrona que me hace levantar la cabeza cada vez que pasa, aquí lo que hace

falta es un aire acondicionado, pero dice el Mayimbe que eso gasta mucho, que

hay que ahorrar, que la austeridad, ya lo creo, ¡la austeridad!, cómo no, gasta, sí,

gasta mucho, seguro, y lo que me gasto yo aquí trabajando como un demente,

de eso no se da cuenta, ¡ah!, la reunión con Carmita Pintado, el cotorreo que me

espera, si pudiera quitármela de arriba aunque fuera por hoy, déjame ver, le voy a

decir que mejor nos reunimos cuando ella tenga todos los papeles del balance

terminados, voy a anotar aquí todo lo que me hace falta, para ir directo y así

terminar rápido, a ver, lápices bicolores, sacapuntas, bolígrafos, repuestos, papel

bond, papel gaceta, papel carbón, papel copia, reglas, gomas, presillas de

folders no quedan, gomígrafos, sí, eso, almohadillas, stencils, corrector de stencils,

no, eso no aparece ni en casa de Chicho Macetica, no, sobres cortos y largos,

sobres manila tampoco hay en ninguna parte, ¿qué es esto?, bueno, que por

pedir no quede, le voy a regalar estas hojas de papel carbón a Mirna cuando pase,

así la vivo de cerca un ratico, aceite para el ventilador, ¡ay, cabrona, cómo me

pones!, presillas, corrector de stencils, sobres manila y aceite para el... no, eso ya

lo anoté, por ahí viene la niña.

--Mirna, mi cielo, llégate un momento.

Para mí que se está acostando con David.

--¿Qué tal, carita de ángel? Bueno, la pregunta está de más, porque a la legua se

ve que estás muy bien, je je je... Pero bueno, toma unas cuantas hojitas de papel

carbón del bueno, que yo sé que te hacen falta... Sí, querubín... No, chica, eso no es

nada, y menos si se trata de ti... Bueno, chaíto.

Tiene nalgas para darle a Clarita y todavía habría que decirle culona, ¡qué bárbara!,

¡qué bestia!, ¡qué culo!

--¿Eh?... Sí, entra, Carmita... Siéntate... Aquí, vieja, ya tú sabes, mucho trabajo... mira,

Carmita, esta es la lista de lo que necesitamos. Ahora a partir del mes que viene

vamos a controlar la entrega de materiales internos por aquí. Hay que hacer un

inventario en el almacén y necesito un informe detallado de las existencias. Yo te

iba a proponer que nos reunamos cuando tengas el inventario, así podríamos

discutir el plan de una vez. ¿Qué te parece?... ¿De acuerdo entonces?... Bueno,

¿cuándo podría ser?... Ok, perfecto, vieja... Sí, sí... Bueno, Carmita, entonces ya tú

sabes... Oye, ¿no tendrás un cigarrito ahí que me regales? Sí... Figúrate, con lo

atosigado de trabajo que estoy no he tenido tiempo de ir a la cafetería y ya se me

acabaron los míos... Sí, voy a tener que dejar ese vicio... Ya tú sabes... Gracias,

cariño... Ok, nos vemos... Chaíto.

Bueno, chirrín chirrán, ahora hasta la tarde, todavía falta un poco para las doce,

¿qué sorpresa me tendrá Emilia para el almuerzo?, ah, si me encontrara otra vez a

Sebastián como el lunes que me invitó a almorzar en El Baturro, bueno, creo que ya

puedo ir recogiendo, que no se me quede nada encima del buró, ni un solo papel

suelto, voy a colgar este afiche que me dejaron los muchachos del comité de base

de la UJC: "aprovechar al máximo la jornada laboral", no está mal la consigna, no

señor, hay que darle vida a la propaganda y eso es lo que hay que hacer, dejar de

perder el tiempo en verracadas como mucha gente aquí que yo conozco, que no

disparan un chícharo, ¡ay!, tengo un hambre que yo mismo me doy lástima.

--Cuqui, voy echando a ver si paso por El Telescopio antes que cierren, a recoger

mis otros espejuelos... Sí, niña, se me rompieron otra vez, soy un desastre... Bueno,

mi amor, nos vemos por la tarde temprano... Chao, cosa linda.

Augusto Lázaro

www.facebook.com/augusto.delatorrecasas





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