Aleida
le oyó decir a una mujer en el mercado de Ferreiro que Marina y su gente ya
habían
regresado a su casa. Una familia que intenta fugarse en una lancha siempre
es
noticia y enseguida Radio Bemba la corre. Y Radio Bemba se burla del gobierno
que
pretende ocultar muchas cosas. Yo llevo casi una semana encerrada en estas
cuatro
paredes, y si sigo aquí sin hacer nada la mierda me va a tragar. Ni siquiera
me
asomo a la ventana a ver pasar la gente y dentro de la casa me muevo como
un
zombi, no sé lo que hago, si es que hago algo. Si no me he muerto es porque
Aleida
me alcanza la comida por el muro. Ya ni enciendo el radio ni veo la tele ni
oigo
discos. Nada. Mayra y Miguelito perdidos. Bertica con Aurelia, y Aurelia ya
casi
no
viene porque la última vez me encontró con el moño virado y le grité que me
dejara
en paz, que no jodiera más, y que si quería se quedara con la niña, que se la
cogiera
para ella. Mire, Aurelia, mejor déjeme sola, váyase, por favor, y déjeme
tranquila,
no quiero ver a nadie ni saber nada de nadie, así que váyase de una vez.
Qué
charranada. Aurelia ni chistó, decente como siempre y yo tratándola como a
un
trapo de cocina. ¿Qué pensará de mí? Primero la bota Emilia y ahora yo. ¡Ah! Es
demasiado
para ella. No hago más que cometer errores y los errores se pagan caro.
Cuando
los nervios se me alteran pierdo los estribos y hay que salir corriendo. Tengo
que
ir a verla y pedirle perdón, que yo la quiero, Aurelia, que estoy mal de los
nervios
y
que me perdone y todo eso, y seguro que me perdona, y vuelve, porque Aurelia
me
conoce bien y sabe que eso que le dije fue de dientes para fuera. Mira, vamos a
hacer
una cosa, mi vida, vamos a ver al médico a ver si te pone un plan o algo,
necesitas
calmarte y superar estas crisis que te dan, atender a tu hija, a tu casa,
vamos,
dime que vas a ir conmigo a ver al médico, y me convenceré de que es
verdad
que Aurelia me quiere como si yo fuera su hija, su hija malcriada y grosera,
porque
soportarme a mí no es fácil. Nadie está perdido cuando tiene a alguien que
lo
quiera, que le sonría, que le hable con cariño. Pero tengo que hacer algo, y
pronto.
Salir de este encierro, coger aire fresco, caminar, ver gente, algo. Y voy a
hacer
algo ahora mismo... Marina y los muchachos ya están en su casa, pues qué
mejor
que llegarme hasta allá. Recuerdo lo que me dijo mi mamá. Pues allá voy,
que
su casa está cerca, al doblar de Ferreiro como quien dice. Una pitusa y un
pulóver
viejo y rumbo a la casa de Marina. No sé nada de ellos, no sé cómo la
estarán
pasando, pero en fin, allá voy, qué carajo. Yo no tengo confianza con ella
para
aparecerme así de aquí estoy porque llegué, pero no puedo seguir encerrada
y
no tengo otro lugar mejor, porque Aurelia está en su Internado y no conozco a
nadie
más a quien acudir estando así como estoy. Yo necesito contarle a alguien
mis
problemas, Mayra y Miguelito desaparecidos y Aleida cuando llega del trabajo
está
más cansada que un buey en un arado a las seis de la tarde. Y Marina es una
persona
que ha sufrido, y las personas que han sufrido son las que comprenden a
quienes
también han sufrido o están sufriendo, como yo. Marina me hará bien. Me
ayudará,
como me dijo mi mamá... Y en la calle pienso en Aurelia, ahora le ha
dado
por decirme lo bueno que sería que yo estudiara en la Escuela de Comercio,
que
un título me vendría bien, que cómo voy a vivir cuando se me termine el
dinero
que mis padres me dejaron, ella como si yo fuera a quedarme para siempre
en
esta mierda de país. Pues si se me termina el dinero, que ya queda poco, tendré
que
inventar algo si no me han sacado de aquí, quizás hasta tendría que buscarme
un
trabajo para no morirme de hambre, qué barbaridad. Dice Aleida que teniendo
todo
el tiempo ocupado como ella no hay crisis que entre. Pero si me pongo a
estudiar
como quiere Aurelia peor, porque entonces tendré que estar a diario con la
cabeza
a todo tren, y creo que no estoy preparada para esa situación otra vez con
lo
que tengo encima. Ja. Yo pensando en trabajar, dígame usted. Y en qué, porque
lo
único que tengo es la Secundaria, que eso es mierda, ni siquiera terminé el
Pre. Sí,
graduarme
de algo, sería bonito, sí, tener un título, ya lo creo que sería bonito. Y la
verdad
que a mí me gustaba estudiar, aprender cosas, conocer la vida y el mundo,
las
ciencias, las artes, la historia, la geografía, todo eso. Y mírenme ahora cómo
voy
por
la vida, vacía como un saco roto, que casi no conozco ni la calle donde vivo...
pero
madre mía, si ya estoy aquí. De pronto me veo frente a la verja de hierro del
frente
de la casa de Marina. Caramba... La casa de Marina es muy original: aquí
todos
los días amanece tarde, porque en esta casa nadie se levanta antes de las
diez,
y las puertas y las ventanas del frente siempre están cerradas por el día, las
abren
por la noche y las vuelven a cerrar de madrugada, cuando se van los jóvenes
que
vienen a descargar a la casa de Marina como si esto fuera un club nocturno.
Eso
lo sé porque Mayra me lo ha contado. Esa casa siempre está llena de jóvenes,
pero
de día parece que no hay nadie. Es que Marina tiene miel para los jóvenes,
todos
se le pegan como sanguijuelas, y cuando van allí se ponen a cantar, a tocar
la
guitarra, a fumar, a hacer cuentos, a jugar a las barajas, a oír discos, a
tomar...
Eso
es lo malo, pienso, que todos se ponen a tomar y a veces se emborrachan, a mí
las
borracheras no me gustan ni un poquito. Pero en fin, que estoy aquí y
adelante...
Mayra
y Miguelito son asiduos a esta casa, me dijo Mayra, y me hizo los cuentos, por
eso
ya yo vengo con conocimiento de causa. A mí me entusiasma todo lo que me
ha
contado Mayra, menos eso de la tomadera, pero ya veré. Dice Mayra que aquí
hasta
el gato barcino de Marina empina la pata. Si tú los ves, los hijos chiquitos de
Marina
se empinan las botellas y Marina no les dice nada, se ríe de esas cosas.
Para
mí que Mayra exagera. Eso lo comprobaré a partir de hoy. Me decido a tocar
y
qué carajo, mi padre decía que el mundo es de los livianos y en esta vida si
tienes
que
escoger mejor ser gavilán que ser paloma, porque yo siempre he sido eso, una
mansa
paloma de la que todo el mundo se ríe y ya está bueno. Así que adelante...
Toco
otra vez, más fuerte, y alguien desde adentro me grita ya vaaa...
(continuará)
Augusto
Lázaro
@augustodelatorr
www.facebook.com/augusto.delatorrecasas
http://laenvolvencia.blogspot.com
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