Yo
y Mayra nos hicimos amigas desde aquella misma tarde. Enseguida me contó lo
que
había ocurrido: todos se iban en una lancha con la familia de los Izaguirre,
esos
que
eran dueños de unos almacenes que están en la Alameda, tú has oído hablar
de
ellos. ¿No? Bueno, no importa. Pues cuando ya estaban mar afuera se formó una
tormenta
del carajo, se viró la lancha, y adiós Lolita. Me dijo Marina que ya habían
anunciado
por la radio que haría mal tiempo, peligroso para las embarcaciones
menores,
como siempre dicen en los partes que da el observatorio nacional o algo
de
eso, pero ni Esteban ni los Izaguirre hicieron caso... Mayra casi ni respira,
pero
enciende
un cigarro tras otro, dice Marina que cuando oyeron el parte por Radio
Rebelde
le dijo Esteban qué coño van a saber los desgraciados esos del... si esos no
saben
ni dónde coño están parados, y ella no tuvo más remedio que embarcarse
con
los hijos. Bueno, pues la tormenta arreció, el mar se puso giro, y... mira, me
erizo...
la
mamá de Marina se ahogó, se ahogó allí mismo, coño, es del carajo eso, que se
te
ahogue tu propia madre delante de tus narices y tú no puedas hacer nada...
Mayra
se calla un momento, impresionada al parecer con lo que está contándome.
No,
y casi todos los Izaguirre se ahogaron también. Del carajo, manita. Mayra me
dijo
que
Marina se enredó con unos salvavidas que llevaban en la lancha, y con unos
tablones
viejos, y estuvo nadando y nadando con los muchachos a remolque,
luchando
por salvarlos. ¡Dios me ampare!, figúrate, cinco muchachos, y Anita que no
hacía
más que llorar y dar gritos y halar a Marina por donde la cogiera, y los demás,
todos
horrorizados y chillando de lo lindo. De noche, oscuro, en medio del mar, del
carajo...
Marina me contó que el mar estaba enfurecido, que ella nunca había visto
el
mar así. ¡Ay, mija! Mira, si me parece que soy yo la que está allí en el mar,
coño,
ahogándome...
dice Marina que parecía un pulpo negro gigantesco que quería
tragárselos
a todos. Pero de pronto llegó una embarcación cubana que cargó con
todos
los que quedaban vivos, y gracias a eso pudieron salvarse, porque ya Marina
no
podía más... Mayra me dijo que Marina le había dicho que la embarcación los
trajo
a la costa y los puso a resguardo. Después de todo Marina tuvo suerte, porque
óyeme,
con cinco muchachos así a la zozobra, y que no se le ahogara ninguno, no
digo
yo. Mira, mira, me erizo nada más que de pensarlo. Yo le tengo un respeto al
mar,
nunca voy a la playa, y cuando voy de la orilla no paso ni con los guardias.
Mayra
parece otra, ahora se ve animada, habla que te habla y gesticula cantidad y
no
se ve tan pálida, quizás fue la contraluz del cuarto, no sé. Bastante flaca sí
está,
pero
yo también estoy seleca. Ahora me sigue contando la tragedia sin dejar de
fumar
y de echarme el humo en la cara algunas veces. La gente del barco de la
poli
se llevó a todo el mundo para un puesto de mando, después trajeron a Marina y
a
los muchachos para la casa, y a Esteban y a los dos Izaguirre se los llevaron a
no
sé
qué lugar, detenidos o presos, qué sé yo. Marina cree que a Esteban lo van a
soltar
para que presente los papeles para salir legalmente. Está con una crisis de
nervios
del recoño de su madre, si no se priva de ésta se va a quedar monga. Oye,
que
no es para menos. Porque coño, la que ha pasado, figúrate. Me sigue hablando
y
yo apenas puedo articular palabra, espantada con todo lo que me dice. Marina
recogió
unas cosas y se fue con los muchachos para la casa de los padres de
Esteban,
le dijo a Mayra que ya ellos estaban preparando los papeles, porque ella ni
muerta
vuelve al mar otra vez, ni para verlo. Mayra está en el caserón cuidándolo
hasta
ver qué hace Marina. Yo y Mayra recorremos la casa, que es enorme, aunque
de
madera, tiene muy pocas partes de mampostería, pero aquí hay cantidad de
cosas
de valor, no sé cómo Marina ha podido dejar todo esto al garete, aquí me
ponía
yo las botas, me llevaba hasta ese reloj de pared que suena tan bonito, si no
fuera
porque Marina me dijo que cuando ellos se fueran me iba a dar todo lo que
yo
quisiera. Mayra me hace un guiño y sigue dándole a la lengua. Yo me fui de mi
casa
hace tiempo... andaba por ahí, por donde me cogiera el día, revoloteando
como
un gorrión después de un aguacero, hasta que Marina me mandó a buscar
con
uno de los muchachos. Yo había estado con él y él sabía dónde podía estar,
ya
tú sabes. Pero resulta que cuando llego aquí pues nada, que Marina está presa,
todavía
no la habían soltado, según me dijo una vecina que me vio tocando y
llamando
a Marina a toda voz. El caso es que Marina le mandó a decir a Mayra que
se
quedara en la casa, y que la cuidara, y todo eso. Dice Mayra que el hijo de
Marina
le hizo el cuento. Y cuando la soltaron, Marina le contó todos los detalles,
llorando
sin parar, de pinga, manita... ¿así que tú no fumas? Pues como te contaba,
yo
no me llevaba con mi padrastro, el muy
cabrón hijo de puta siempre estaba
tocándome,
me pillaba por encima de la puerta del baño, parece que haciéndose
pajas
a costa de verme encuerita bañándome, cabrón de mierda, no podía ni
cagar
en paz. El tipo quería meterme mano, y mi mamá que está medio leocadia
no
entendía las quejas que yo le daba. Ja. Pues me puse las botas cuando Marina
me
dejó aquí con todo esto y oye, pensándolo bien, esto es una tentación, tú no
has
visto nada todavía, hay hasta cubiertos de plata, muchacha, de plata legítima,
lo
sé porque he visto cosas de plata en otras casas, pero qué va. No, la verdad
que
a
Marina yo no puedo hacerle eso, Marina es mi socia, y a mis socios yo no les
hago
un
sucio así. Una tragedia griega, le digo a Mayra, asombrada de todo lo que me
ha
dicho, y ella se me queda mirando como si yo fuera una de esas estatuas de los
parques
que sólo sirven para que los gorriones las caguen y los chuchos las meen. El
caso
es que yo y esta puñetera nos hemos hecho amigas enseguida, y la verdad es
que
ninguna de las dos tenemos ni dónde caernos muertas, pero por lo menos tener
a
alguien a quien contarle cuándo nos duele la cabeza o por qué estamos con un
sube
de madre ya es algo. Sí, ya es algo. No digo yo...
(continuará)
Augusto Lázaro
@augustodelatorr
http://laenvolvencia.blogspot.com
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