DOCTORA
MORELL: Bien, compañeros, vamos a proceder al análisis de la clase
abierta
que impartió la compañera Marnia Brauet, cuyo tema abordado fue La
divina
comedia.
Como todos saben, todos pueden opinar libremente y referirse a
uno,
a varios o a todos los aspectos de la clase. A ver quién rompe el hielo.
ERNESTO:
Yo sólo quiero decir que hacía mucho tiempo que yo no presenciaba una
clase
abierta como esa, que califico de brillante. Total dominio del tema, gran
precisión
en la metodología para dar una clase, sorprendente comunicación con los
alumnos,
en fin. Repito: la califico de brillante.
LILIANA:
Sí, la verdad que tengo que felicitar a Marnia por esa clase abierta.
Yo
también hacía tiempo que no veía algo así. Además de los aspectos señalados
por
Ernesto, yo quiero agregar que fue una clase concisa, que en ningún momento
se
le vio vacilar, no tuvo trabas, ella sabía muy bien lo que quería hacer y lo
hizo a
las
mil maravillas.
DOCTOR
OROPESA: Compañeros, si esto es un elogio, vaya para la compañera
Brauet:
yo creo que actualmente, y me perdonan la inmodestia, ni yo mismo podría
dar
una clase así como la ha dado ella. La felicito, compañera.
OSCAR:
No, yo también la felicito, nos dejó a todos con deseos de seguir oyéndola,
despertó
el interés en los alumnos, y no sólo en los alumnos, yo creo que todos
nosotros
estábamos interesados en la clase. Pero a mí eso no me sorprendió,
conociendo
a Marnia como la conozco. Yo esperaba más o menos algo así,
aunque
creo que sobrepasó mis expectativas. Eso es lo que quería decir.
DOCTOR
MATTA: Sí, yo estoy de acuerdo, fue una clase excelente, con amplio
dominio
del tema y de la forma en que ese tema tenía que llegar a los alumnos. No
tengo
ningún señalamiento que hacerle.
ELVIRA:
Bueno, para la primera vez, hay que decir que la compañera Brauet salió
airosa
de la prueba, la verdad. Fue una clase muy bien impartida, demostró que
conocía
la materia, y creo que todos salimos complacidos, ¿no? Ahora la
compañera
debe continuar su superación y no dejarse deslumbrar por los elogios,
que
a veces hacen daño, para que no decaiga su afán de superación, su desarrollo
como
profesora de este centro. Y no sólo su superación docente, sino también su
superación
política, como un complemento de su formación integral en el
profesorado
universitario.
VIOLETA:
Yo estoy de acuerdo con lo que han dicho los compañeros. Más o menos
es
lo que iba a decir yo. Y también felicito a Marnia por esa clase abierta.
ADITA:
Yo igual. Te felicito, Marnia, quedaste como todos esperábamos y pienso
igual
que Elvira, que no debes dejarte influir por tantos elogios, porque a veces el
exceso
de elogios hace más daño que beneficio.
MARIA:
Sí, Adita tiene razón, pero aquí se hacen muchas críticas a los compañeros
cuando
hay que hacérselas, a ella misma se le han hecho, por lo tanto, yo creo que
cuando
hay que elogiar, hay que elogiar, y punto. Y no creo que Marnia se vaya a
echar
a perder por eso.
ADITA:
No, claro que no, yo estoy contigo en eso. Lo decía para que ella tome
conciencia
de que por mucho que se reconozcan sus méritos, todavía ella, y
muchos
de nosotros, estamos comenzando. Yo estoy contigo, no lo decía por otra
cosa.
MARIA:
Bueno, bien. Me faltó felicitarte, Marnia, por tu clase. Ojalá yo pudiera
impartir
una clase así, con tanta seguridad, con tal dominio del tema, como tú la has
impartido,
a pesar del nerviosismo que provoca ese tipo de clase. Oiganme, no es
fácil
pararse ahí en el aula llena de alumnos, de profesores, de gente de todas
partes,
durante dos horas, y ni siquiera un bache. Eso no es fácil. Y más para una
persona
que no lleva tanto tiempo aquí.
DOCTORA
MORELL: Lo que pasa es que yo creo que Marnia tomó una dosis doble
de
pastillas para los nervios, ¿verdad, Marnia?
MARNIA:
Triple, doctora. ¡Triple! Mi marido me decía que iba a terminar como Marylin
Monroe
con sus fenobarbitales... Sí, yo me sentía algo sedada, pero no del todo,
sobre
todo al principio de la clase. Después, poco a poco me fui serenando, porque
vi
que las cosas me iban saliendo bien. Tuve suerte, eso es todo. Y me preparé
bastante
para esa clase. Pero les confieso que sí, que pasé mi buen sofocón.
MILAGROS:
Yo quiero destacar aquí el dominio que Marnia ha demostrado, pero no
sólo
en esa clase abierta. Cuando yo era decana y visitaba sus clases, siempre las
encontraba
buenas, a veces excelentes, aunque no se lo decía mucho, por si
acaso.
Pero lo reconocía con la puntuación que le otorgaba, aunque le hacía
pequeñas
observaciones que por lo visto ella ya ha superado en casi su totalidad.
Así
que me uno a las felicitaciones de todos. Y adelante, Marnia, que tienes un
futuro
brillante
en la enseñanza universitaria.
NEYSA:
Señores, yo no tengo nada que decir. Me inclino ante la sabiduría que
mostró
nuestra querida compañera allí. Y hay que tener en cuenta el poco tiempo
que
lleva en la Universidad. Yo también pienso que ella tiene un gran futuro aquí.
Ojalá
no se frustre, y para eso yo me brindo a ayudarla en lo adelante en todo lo
que
ella necesite y que esté en mis manos y en mi cabeza poder hacerlo. Sigue por
ese
camino, compañera. Yo creo que aquí todos te vamos a ayudar..,
DOCTORA
MORELL: Bueno... ¿alguien más?
ERNESTO:
No, yo nada más quería agregar que Marnia también demostró que sabe
trasmitir
esas cuestiones tan complicadas a los alumnos, y ponerlas en lenguaje
actual
y moderno, sin chabacanerías. Fíjense cuántas intervenciones ella logró que
hicieran
los alumnos. Una cosa fuera de serie. Que yo recuerde nunca había pasado
algo
así.
LILIANA:
Y además, su comunicación con los alumnos se demuestra al finalizar, no
sólo
con la cantidad de intervenciones, sino con el interés demostrado por ellos en
su
clase. En mis visitas, yo siempre noté ese detalle.
NEYSA:
Cosa que desgraciadamente no ocurre con muchos de nuestros profesores,
¿eh?
DOCTORA
MORELL: Bien, si no hay otra intervención, yo quería añadir que estamos
en
presencia de una compañera joven, nueva en estas andanzas, pero que ha
demostrado
su valor, sus agallas, y si continúa con ese ritmo de superación en su
especialidad,
dentro de poco tiempo llegará a ser una erudita, y no vacilo en
pronunciar
esa palabra. Así que, en nombre de la dirección del Departamento y de
la
Facultad, felicitamos de todo corazón a la compañera Marnia, y quisiéramos
oírla,
a
ver qué nos tiene que decir sobre todo esto que le hemos dicho... ¿Marnia?
(continuará)
Augusto Lázaro
@augustodelatorr
http://laenvolvencia.blogspot.com
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