El
tiempo pasa y yo sigo en la más cruel incertidumbre. No sé nada de mi salida ni
de
por qué a Tony no lo acaban de soltar y Aurelia dice que ella tampoco lo sabe,
pero
yo creo que ella sí lo sabe y me está ocultando la verdad, porque por haber
robado
no creo que tengan a nadie encerrado tanto tiempo, y de eso depende mi
salida,
porque en la última carta mi mamá me decía que cuando Tony saliera de
la
cárcel todo se arreglaría y yo podría irme con Bertica para allá. Pero nada.
Mayra
a
cada rato enferma, a veces se desaparece y yo ni me entero, un día se lo dije,
Mayra,
el mejor día te mueres y yo en babia, no voy a poder asistir a tu entierro y no
le
gustó ni un poquito la jarana, me dijo cálmate, que nadie se muere la víspera.
Miguelito
también desaparecido, no acaba de llegarle el telegrama y cualqueir
día
me entero que se suicidó. A Marina y su familia tampoco les avisan y Esteban no
sé
cuándo saldrá de la cárcel, otro caso. No sé por qué el gobierno se empeña en
joder
a los que no están con esto, sería más inteligente dejarlos irse a todos y así
se los
quitan
de encima, y además mandan dólares, que es lo que le interesa al gobierno,
pero
es que parece que no son muy inteligentes ni muy diestros en la política, eso
es
lo
que me dice Marina cuando hablamos en su casa. Cuestión, que mis mejores
amigos
están en baja, todos con problemas que no acaban de resolver, y yo entre
ellos,
y peor, porque estoy sola, sin nadie con quien desahogarme. Y para ponerle la
tapa
al pomo doña Bertica creciendo y haciendo preguntas a tutiplén, mami, ¿por
qué
mi papá está preso?, mami, ¿yo nada más tengo una sola abuelita?, mami,
¿nosotros
nos vamos a ir a ese país donde tú dices que está mi otra abuelita?, mami,
¿por
qué no me compras una de esas muñecas que están en la vidriera de la tienda
que
vimos el otro dia?, mami, ¿cuándo yo voy a salir del Internado y venir a vivir
aquí
contigo?, mami, ¿por qué tú no tienes uniforme de miliciana?, mami, ¿tú no
trabajas
ni estudias?, mami, ¿no vamos a celebrar mi cumpleaños?, mami, ¿por
qué
no me compras un vestidito nuevo para mi cumpleaños?, ¡aaayyyyy!, y yo
punto
en boca, porque qué carajos le voy a decir. Y eso es cada vez que Bertica se
pasa
un día conmigo, a veces me saca de quicio y le doy un grito que la dejo sorda,
Bertica,
por tu madre, no me hagas más preguntas y cállate de una vez, carajo, y la
niña
se paraliza y se queda como hipnotizada, pero enseguida empieza con su
perreta
y a dar gritos y a decirme que yo no la quiero y que por eso ella se quiere
ir
para la casa de su abuelita Yeya y eso me revuelve la sangre. En vez de
disfrutar
con
ella aquí tengo que soportar esas preguntas y entonces su compañía se vuelve
un
infierno. ¡Mi hija! Quién me iba a decir que mi propia hija me pusiera la carne
de
gallina
preguntándome cosas inocentes para cualquier niña y que para mí son
como
dardos envenenados que amenazan con aniqularme. Por eso prefiero que
se
vaya con su abuela para quitarme esa tortura, porque Aurelia seguro que tiene
más
paciencia que yo y la entiende quizás mucho mejor y cuando Bertica le
pregunta
algo inventará cualquier cosa para tranquilizarla y así la niña se queda
complacida
y al minuto se le pasa, cosa que tendría que hacer yo pero no puedo,
no
estoy acostumbrada a estar con una niña ni mucho menos a responder a las
preguntas
que hace una niña con las características especiales de Bertica. Es que
no
debí haber parido, no estaba preparada para madre, todavía no lo estoy y sin
embargo
tengo que ejercer ese papel y ser madre es algo muy difícil, porque una
madre
nunca queda bien con los hijos y al final ellos se van y la dejan al garete sin
pensarlo
dos veces. Madre sólo hay una, sí. Ja. Ya lo creo que madre sólo hay una.
¿Y
para qué sirve? Porque al menos en mi caso mi madre me sirvió de muy poco y
yo
a Bertica otro tanto, y de qué le sirvió Aurelia a Tony. Y los padres de Mayra.
¡Ah!
Y
Marina a Charito. Y los de Miguelito de qué le han servido. Ja. Bueno, quizás
estoy
exagerando,
pero da la casualidad que a la gente que conozco los padres no le
han
servido de mucho y esas son las experiencias que conozco. En fin, déjame no
seguir
con esto, que no soy filósofa ni socióloga ni analista del comportamiento de
los
seres humanos ni un carajo la vela. En defiitivas, es mejor no achicharrarse el
cocorioco
pensando en cosas que no pueden remediarse. Los padres no pueden
escogerse,
uno nace y ya los tiene, sean como sean, y después uno tiene que
cargar
con ellos hasta que se mueran, le gusten o no, y a los hijos uno los trae al
mundo
sin su consentimiento, por eso tiene que aguantarlos como sean, porque
tampoco
uno puede diseñarlos a su antojo, le salieron así o asá, pues a cargar con
ellos
hasta que uno cante el manisero, qué remedio. Uno sólo puede escoger a sus
amigos,
porque ni a los vecinos de la cuadra ni a los compañeros del trabajo ni al
resto
de sus familiares se pueden escoger tampoco. Qué vida más perra. Uno está
sujeto
a la casualidad y casi no puede decidir por sí mismo. Los amigos, sí, lo único.
Y
de contra a veces uno escoge mal y la caga, le salen pintos, rabones y mochos.
Si
esto es una panacea yo soy la Mata Hari. Quién coño dice que el mundo está
bien
hecho y que la vida merece vivirse. Se ve que el que lo dijo no vivía debajo de
un
puente ni a la orilla del río Yarayó. No me jodan. Como decía un cartel en el
muro
del Pre la semana pasada: a bailar y a gozar con la sinfónica nacional. Hay
que
reírse...
(continuará)
Augusto Lázaro
www.facebook.com/augusto.delatorrecasas
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